Construir con vidrio
Durante el proceso proyectual y a la hora de elegir un material para revestir nuestro edificio, hay que tener siempre en cuenta varios condicionantes, no solamente estéticos. Tener muy presentes las pérdidas térmicas, el aspecto, la seguridad o la entrada de luz natural.
Las primeras opciones que nos vienen a la cabeza pueden ser el ladrillo, el hormigón, el aluminio o el SATE. Pero como ya sabemos también, existe otro material de enorme valor por su utilidad, su atractivo y su versatilidad: el vidrio.
Sus principales (y valiosísimas) ventajas son:

Mantenimiento
El vidrio es un material de rugosidad y porosidad prácticamente nulas (impermeable). Es liso, suave y ligero al tacto. Necesita de escasa limpieza y labores de mantenimiento.
Seguridad
Todos conocemos la fragilidad del cristal. Pero en el caso del vidrio, estamos ante un material altamente resistente: el vidrio laminado aguanta muy bien los impactos, y en el improbable caso de romperse, se fragmentará en pequeños cristales pero no se desprenderá, evitando así roturas escandalosas y lo que es peor, el desplome del elemento de revestimiento al completo (el panel o la lámina en su conjunto). El vidrio templado por su parte, si se rompe, lo hará en pequeños fragmentos de aristas redondeadas, que no causan heridas cortantes de consideración.
Por norma general, 1 m2 de vidrio templado de 10mm de espesor resiste el impacto de una bola de acero de 500 gr en caída libre desde una altura de 2 m.
Muestra demás gran resistencia a los factores atmosféricos: en general cualquier tipo de vidrio se mantiene en buen estado a lo largo del tiempo, es muy resistente a compresión, a la abrasión y a casi cualquier reactivo químico.
Temperatura
El vidrio común no presenta una resistencia muy notable a altas temperaturas (diferencial máximo de 40-50ºC entre sus dos caras). El vidrio templado sin embargo resiste una diferencia de temperatura de hasta 250ºC.
Diseño
El vidrio permite multitud de acabados distintos; podemos personalizar medidas, colores, grosores, rugosidades, incluso combinarlo con otros materiales distintos. Es un elemento cambiante y muy elegante.
Versatilidad
El vidrio puede ser sometido a diversos procesos que mejoren sus propiedades en función de su uso, al ser un producto absolutamente maleable: podemos fabricar vidrio templado, termo acústico, de seguridad, blindado, anti reflectante, laminado… permite una amplia variedad de aplicaciones.
Control acústico
A parte de los vidrios de control acústico, hemos de tener en cuenta que el vidrio laminado tiene un mejor comportamiento acústico que, por ejemplo, el vidrio simple.
Conseguir una atenuación de 40dB mediante vidrio laminado es relativamente sencillo. Para un control acústico óptimo, son fundamentales la masa del elemento (espesor) y un buen remate y acabado de la perfilería y sellado de juntas.
Ecología
El vidrio es 100% reciclable, exige de menores emisiones de CO2 y permite una notable reducción de residuos en su proceso de fabricación.
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